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¿Qué es el sueño? Una actividad fisiológica activo y rítmico que aparece cada 24 horas, una función vital para el desarrollo de la vida. El sueño es importante porque ayuda a que el niño madure neurológicamente, que reponga la energía psíquica y física y restaura el equilibrio neuronal entre los centros. Cuando un niño no duerme de manera adecuada no está en condiciones para tener un buen rendimiento durante el día
El insomnio infantil es un problema que se caracteriza por la dificultad del niño/a para conseguir dormirse solo, se despierta con frecuencia durante la noche y no consigue volver a dormirse sin ayuda. Su sueño es superficial y disminuye la duración.
Las causas más importantes en el problema de sueño infantil son:
Es muy importante educar a los pequeños para mantener buenos hábitos de sueño
La depresión afecta también a los niños. Su falta de madurez los hace más vulnerables, y no siempre saben describir lo que sienten
La depresión es un trastorno del estado de ánimo que afecta tanto a niños como a adultos; resulta altamente incapacitante y produce un elevado nivel de malestar en ambos casos. Sin embargo, si tenemos en cuenta la falta de madurez emocional y la falta de recursos para manejar sus propias emociones, comprenderemos que en el caso de los más pequeños este trastorno puede ser altamente interferente en su desarrollo.
La depresión infantil presenta los mismos criterios diagnósticos que los de la población adulta, si bien, como veremos, existen diferencias.
Puede aparecer en cualquier momento del desarrollo del niño/a. Deberemos tener en cuenta que la edad hace que las manifestaciones puedan ser distintas, así como su forma de expresarlas. En los niños es frecuente que aparezcan quejas somáticas: dolores abdominales, de cabeza, nauseas. Conducta alterada: agitación enfado irritabilidad. Sentimientos de culpabilidad, cansancio, fatiga dificultades para concentrarse, trastornos del apetito por exceso o defecto), tristeza, melancolía preocupación…..
La ansiedad es una respuesta normal y adaptativa ante amenazas reales o imaginarias más o menos difusas que preparan a nuestro organismo para reaccionar ante una situación determinada. Si la ansiedad se refiere a estímulos específicos se habla de miedo.
Los niños y adolescentes con trastornos de ansiedad suelen experimentar un miedo intenso, preocupación o inquietud que puede durar largos períodos de tiempo y afectar significativamente sus vidas. Si no se trata con prontitud, los trastornos de ansiedad pueden derivar en:
A continuación, se describen la mayoría de ellos, así como sus características:
Malestar excesivo cuando se anticipa o ocurre una separación del hogar de las figuras a las que el menor esta vinculado.
Los niños con este trastorno suelen tener dificultad en dejar a sus padres para ir a la escuela o campamento de verano, quedarse en casa de un amigo o estar solo. A menudo, se “aferran” a sus padres y tienen problemas para quedarse dormidos. El trastorno de ansiedad por separación puede ir acompañado de depresión, tristeza o miedo a que algún miembro de la familia se vaya o muera.
Los niños y adolescentes con este trastorno se preocupan en exceso por sus actividades, ya sea por su rendimiento académico, deportivo o incluso por ser puntual. Esta clase de personas suelen ser muy responsables, se sienten tensos y necesitan mucha seguridad. Pueden quejarse de dolores de estómago u otras afecciones que no parecen tener una causa física.
Los niños y adolescentes con fobias tienen excesivos miedos no reales de ciertas situaciones u objetos. Muchas fobias tienen nombres específicos, y el trastorno puede centrarse en animales, tormentas, agua, lugares altos o situaciones específicas como encontrarse encerrado en un lugar reducido, acudir al colegio. Los niños y adolescentes sienten verdadero pavor a ser criticados o juzgados duramente por los demás. Intentarán evitar los objetos y situaciones temidas, por lo que el trastorno puede limitar gravemente sus vidas.
Trastorno de pánico: Los “ataques de pánico” repetitivos en niños y adolescentes sin una causa aparente son signos de un desorden de pánico. Los ataques de pánico son períodos de intenso miedo acompañados por fuertes latidos del corazón, sudoración, mareo, nauseas o sentimiento de muerte inminente. La experiencia es tan terrible que viven con el miedo de que puedan sufrir otro ataque. Los niños y adolescentes con el trastorno suelen hacer cualquier cosa para evitar la situación que provoque otro ataque. Es posible incluso que no quieran ir a la escuela o separarse de sus padres.
Trastorno obsesivo-compulsivo: Los niños y adolescentes con trastorno obsesivo-compulsivo, se ven atrapados en un patrón de pensamientos y comportamientos repetitivos. Aunque puedan reconocer que éstos parecen sin sentido y traumatizantes, son muy difíciles de parar. El comportamiento compulsivo puede incluir lavarse repetidamente las manos, contar o poner en orden objetos una y otra vez. 2 de cada 100 adolescentes experimentan trastornos obsesivos.
Trastorno de estrés post-traumático: Los niños y adolescentes pueden desarrollar un estrés post-traumático después de haber experimentado un acontecimiento sumamente estresante, como experiencias de abusos físicos o sexuales, ser testigo de un hecho violento, la vivencia de un desastre como un bombardeo o un huracán. Los jóvenes con dicho trastorno suelen experimentar el acontecimiento una y otra vez en forma de fuertes recuerdos, instantáneas, u otra clase de pensamientos perturbadores. Como resultado, pueden intentar evitar todo lo que se encuentra asociado con el trauma. También sobreactuar al sobresaltarse o tener dificultades del sueño.
El Tratamiento cognitivo-conductual, mediante el cual los jóvenes aprenden a tratar sus miedos modificando las formas en que piensan y se comportan; Técnicas de relajación; Biofeedback (control del estrés y tensión muscular) Formación familiar
Enuresis: la enuresis y en particular la enuresis nocturna es un problema común en la población infantil. Desde el punto de vista clínico la enuresis se define como emisión involuntaria y persistente de orina durante el día o la noche o ambos en la que el niño debería haber aprendido a controlar la micción ( entre los 5 o 6 años).
Ecopresis: Consiste en la evacuación repetida de heces en lugares inadecuados para ellos realizado de forma involuntaria o intencional
Un tic es un movimiento o vocalización involuntaria, repentina , rápida recurrente arrítmica y estereotipada. Se experimenta como irresistible aunque se suprime durante un periodo de tiempo. Empeora con el estrés, disminuye con el sueño y se puede atenuar con la práctica de alguna actividad que necesite concentración.
Pueden ser: “Tics motores crónicos”, “transitorios de la infancia” ,”múltiples crónicos o síndrome de Gilles de la Tourete”.
La hiperactividad, se caracteriza por excesiva intranquilidad, concentración escasa o nula, reducción del tiempo de atención y pobre control de impulsos. Estas características determinan frecuentes dificultades en la conducta y el aprendizaje escolar.
Este trastorno de conducta y/o emocional consiste en el cambio continuo de una actividad a otra, que se manifiesta en una gran intranquilidad, ajena a la voluntad del niño, por lo que no cesa ni disminuye con ordenes dirigidas al pequeño. Esto hace que el niño sea considerado como un «malcriado insoportable», que muchas veces incluso, llega a ser rechazado por los adultos.
Hay algunas actividades muy difíciles para estos niños, se cansan pronto, estropeando su trabajo y dirigiendo su energía a molestar a los demás. Es bueno señalar que esto no lo hacen por malacrianza, sino porque no son capaces de controlar sus impulsos.
Un problema del aprendizaje es un término general que describe problemas del aprendizaje específicos. Un problema del aprendizaje puede causar que una persona tenga dificultades adquiriendo y usando ciertas destrezas. Las habilidades más afectadas son; la lectura, la escritura, las matemáticas, la comprensión, el razonamiento el calculo……
Estos problemas varían de unas personas a otras una persona puede tener un problemas de aprendizaje o varios a la vez. Los investigadores indican que estas dificultades están causadas por las diferencias en el funcionamiento del cerebro en la forma que este procesa la información. Los niños con esta dificultad mayoritariamente tienen una inteligencia superior a la media lo que ocurre es que su cerebro procesa la información de manera diferente
Con la ayuda adecuada los niños con problemas de aprendizaje puede aprender y hacerlo con éxito.
Estas dificultades ocasionan problemas y dificultades escolares que es necesario abordar para que el niño/a, con los apoyos necesarios pueda ir superando los objetivos propuestos.
De la misma manera que aprendemos a andar, a hablar, a dormir, a comer o a vestirnos; estudiar es una conducta que se aprende. Para aprender a estudiar deberemos tener una forma eficaz de realizarlo; “un método” que deberá estar adaptado a la manera individual de trabajar de cada uno, que permita alcanzar los objetivos propuestos y que haga que el estudio sea eficaz y podamos dedicar tiempo al ocio.
Las TÉCNICAS DE ESTUDIO son ese método personal, sistematizado y objetivo que llevado a la práctica permite obtener mejores resultados . Las técnicas de estudio por si solas no son una varita mágica que sin ningún esfuerzo hagan milagros eso no es así. El estudio requiere esfuerzo y con un buen método y practicando de manera constante los resultados mejoraran.
Los psicólogos infantiles son muy necesarios para poder desarrollar técnicas de estudio exitosas.
En la vida de un niño se producen muchos cambios; el nacimiento de un nuevo miembro en la familia puede hacer que el mayor se sienta desplazado, que ya no es el centro de atención. Pueden producirse cambios de conducta en el primogénito: llamadas de atención, falta de sueño, dejan de controlar los esfínteres, conductas negativas dirigidas a los padres… A cierta edad el niño no posee los recursos necesarios para afrontar los cambios de manera adecuada. Los celos son parte de la condición humana en cuanto que los humanos conviven con emociones positivas y negativas por tanto es natural que aparezcan episodios de celos en algún momento del crecimiento.
La imaginación del niño es ilimitada salvo aquellas limitaciones que le impone su desarrollo. Por lo tanto el niño celoso imagina, inventa, interpreta erróneamente y exagera las situaciones que ocurren aunque para el resto sean meras anécdotas. El origen de los celos infantiles es el desplazamiento y la pérdida que de la noche a la mañana se aleja sin remedio y existe un culpable el que acaba de llegar.
Somos psicólogos infantiles en Logroño, ofrecemos terapia a adolescentes y niños. Consulta sin compromiso.